La ciudad no pertenece a nadie,
uno le pertenece a ella,
uno la alimenta
deja ahí todo, y ella engulle sin dejar rastro.
Ella vive, y no deja nada
como una bella muerte bella,
una asesina hermosa,
cubierta de joyas, sus pechos desnudos,
la lujuria se expresa a travez de su lengua,
que lame tu oído,
Que agarra tu miembro firmemente,
tu te estremeces, hallas tu razón,
y dejas todo en ella.
Semen en la cama, en las paredes,
en la pantalla, en la calle.
Los corazones que deboras con enjundia, son ofrenda a ella.
Tus puños llenos de sangre también.
Ella monstruosa, perfecta, bella,
te sigue lamiendo,
tu sigues eyaculando en todo y en todos,
un orgasmo, 30 minutos eternos,
Si, como los cerdos
uno le pertenece a ella,
uno la alimenta
deja ahí todo, y ella engulle sin dejar rastro.
Ella vive, y no deja nada
como una bella muerte bella,
una asesina hermosa,
cubierta de joyas, sus pechos desnudos,
la lujuria se expresa a travez de su lengua,
que lame tu oído,
Que agarra tu miembro firmemente,
tu te estremeces, hallas tu razón,
y dejas todo en ella.
Semen en la cama, en las paredes,
en la pantalla, en la calle.
Los corazones que deboras con enjundia, son ofrenda a ella.
Tus puños llenos de sangre también.
Ella monstruosa, perfecta, bella,
te sigue lamiendo,
tu sigues eyaculando en todo y en todos,
un orgasmo, 30 minutos eternos,
Si, como los cerdos
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