jueves, 19 de noviembre de 2009

Vida mía

¡Oh vida mía!, que sin respiro,
te has llevado tanto,
que me has dejado
en este negro punto de partida,
en la obscuridad perfecta de la noche,
contempla a santos pecadores desterrados del mundo de lo humano,
ellos ingratos, sin respeto a una caricia.

Oh vida mía, sin respiro
me has dejado un punto de aquel gran reloj de arena,
consumido en el andamiaje inestable,
donde se construye el pensamiento.

Sin respiro me has dejado,
desnudo en la tierra fresca, fertil,
fuerte, ahí donde se construyen los sueños,
donde se conocen hermanos, donde se hace el amor.
Vida mía, me has dejado un punto de aquel gran reloj de arena.

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